domingo, 18 de mayo de 2008

Tres poemas de Floriano Martins



Traducción del portugués: Marta Spagnuolo


1

RESPLANDOR CIRCULAR

Tus ojos me llaman desde el interior
de sus palabras invisibles, extranjeros
habitando en negativo la piel del tiempo.
Tus ojos tallan mis visiones
como un grito corroyéndose en la emisión
de sus naufragios incompletos.
No veo en mí sino lo que tus ojos
detallan en la neblina de nuestros besos.
Un muelle que toma forma de abismo
y abriga sombras, rutas deshechas.
Manos trasmutadas en pájaros,
soles disipados en la memoria de tus senos,
no veo en mí sino lo que preparas
para nuestra aparición: exilio resurgido.



RESPLENDOR CIRCULAR

Teus olhos me acenam do interior
de suas palavras invisíveis, estrangeiros
habitando em negativo a pele do tempo.
Teus olhos entalham as minhas visões
como um grito corroendo-se na emissão
de seus naufrágios incompletos.
Não vejo em mim senão o que os teus olhos
detalham na neblina de nossos beijos.
Um cais tomando forma de abismo
e abrigando sombras, rotas desfeitas.
Mãos transmudadas em pássaros,
sóis dissipados na memória de teus seios,
não vejo em mim senão o que preparas
para a nossa aparição: exílio ressurgido.


2


AL MENOR RUIDO

La piel revolotea por un enredo de ventanas.
Vestigios de la escena entran y salen, veloces
como la semejanza deshecha en cada beso.
Ella mantiene los ojos cerrados. Él naufraga
en su cuerpo entero. Ella lo guía a través
de intensa oscuridad. Él mastica los hongos
clavados en la espalda de la niebla. Están ambos
fuera de sí mismos mientras dure el cultivo del sueño.
Pequeñas luces encendidas en la médula.
Con una tierna sonrisa saborean nubes,
deshilan el ramaje de locos orgasmos.
Por un instante no hay manera de notarlos.
Después ya no están o jamás retornan.
Sobrevuelan las ventanas, ya sin piel alguna.




AO MENOR RUÍDO

A pele esvoaça por um enredo de janelas.
Vestígios da cena entram e saem, velozes
como a semelhança desfeita em cada beijo.
Ela mantém os olhos fechados. Ele naufraga
por seu corpo inteiro. Ela o guia através
de intensa escuridão. Ele masca os fungos
cravados no dorso da névoa. Estão ambos
fora de si enquanto dure o cultivo do sonho.
Pequenas luzes acesas no espinhaço.
Com um terno sorriso saboreiam nuvens,
desfiam a ramagem de loucos orgasmos.
Não há como notá-los, por um instante.
Depois já não estão ou retornam jamais.
Esvoaçam as janelas, já sem pele alguma.


3


REDONDECES DEL MITO

El cuerpo desnudo extendido en el piso
proveyendo el hambre de ángulos, los golpes
de luz en la pelusa de sus ansias.
Al compás de cada foto me sonreías,
excitando a las aves que se movían en el cielo
de tus piernas, ombligo, senos, axilas.
Palpitabas de un ángulo a otro, trazando
nuevas siluetas de carne y sobresalto,
convirtiendo en denso matorral, collado
o precipicio lo que en otro plano de astucias
eran pubis, pezón o nalgas, signos
expuestos a la revelación de tu mirada codiciosa.
El piso acogía el zumo de tu espejismo
ensayado en gestos que nos volvían reales.


REDONDEZAS DO MITO

O corpo nu espalhado pelo assoalho
provendo a fome de ângulos, os golpes
de luz na penugem de seus anseios.
Ao compasso de cada foto me sorrias,
excitando as aves que se moviam no céu
de tuas pernas, umbigo, seios, axilas.
Palpitavas de um ângulo a outro, traçando
novas silhuetas de carne e sobressalto.
convertendo em denso matagal, serrote
ou precipício o que em outro plano de astúcias
eram púbis, mamilo ou bunda, signos
expostos à revelação de teu olhar cobiçoso.
O assoalho acolhia o sumo de tua miragem
ensaiada em gestos que nos tornavam reais.

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