martes, 20 de mayo de 2008

Liliana Aleman: tres poemas




Testigo

La sombra de un cuerpo que no está
se aproxima,
invade el deseo,
lo recluye.

Ante el espejo
el rostro, y
aquello que a la vista se pierde.

Ante uno, voces
de un eco sin tiempo,
pasiones tatuadas
por la memoria ociosa.

Uno, al final,
la anatomía de un sueño.


Carrusel

La plataforma gira
y nos refleja
después de todo
ves aquel paisaje
uniformado
el atardecer
tus manos inmensas
mi juego
un momento turbio
el mosquito
partido al medio
pobre
sobre el brazo
desnudo
se agita
mi sortija.


Halo gris

La neblina
encauza el ritmo de las cosas


en lo propio
todavía está

ese hinojo
partido
sobre la mesa
un borde
de moscas enfermas


y la polución que aparece

con los cuerpos vencidos


algo frío


plata plomo latón.

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