domingo, 15 de junio de 2008

José Azpeitia


(Dalí)


CHRISTUS HETERODOXUS

Has abierto la puerta…
Tu sombra está en el dintel...
¡Se que eres tú!
No puedes engañarme.
Tanto tiempo sin verte...
sin sentirte…¡Poesía!

Hace aún mucho más
que no nos embriagábamos juntos.
Que no partíamos los panes y los peces
de tu mesa.

Entras con la marcha nupcial
de tu rango inmenso, de mi única dueña,
de mi amor eterno por ti.

La más hermosa señora de mis sueños.
Y como una sinfonía profunda,
me llegas de un dios sin altares,
sin boatos, sin cantatas.

Porque estás ahí, no me lo niegues,
clavada en esa cruz en el espacio.
Detrás de aquella imagen que sublima
tu escorzo de dolor, de sangre herida.

Detrás de un cuerpo exangüe,
que me sigue, que me empuja,
que me acosa, que me mueve,
que me lleva al infinito y me devuelve,
con estrellas de fuego entre mis sienes.

Bendita Poesía, que naciste en mí…
sin yo llamarte...
con la suave caricia de tu viento.

Hoy vuelvo a renacer... cuando tú mueres
de tus cenizas de amor, fénix eterno.

Ecce Homo profundo, sin salterios.

Hoy clavo mi pluma en tu costado,
hendido de palabras como lanzas…

Si existes dios…. si dios existe…
Tú serás siempre mi Dios, mi poesía….


-azpeitia- Viernes Santo veintiuno de Marzo del año 2008 d.c. Día mundial de la poesía



(cedida por Azpeitia)


BEU GESTE


¿Has tenido una lágrima en tus ojos

que al salir supiera que es por mí?


Yo he tenido una fuente silenciosa,

callada de agonías,

que en las noches y tardes fue por ti.


Que manaba despacio sin espasmos,

sin esperanza, cautiva en el dolor,

en un surco profundo, en una huella…


Se sumerge la vida en ese agua,

en su cauce se acuna la tristeza.

Melancolía de los labios

sin respuesta, de los besos

perdidos de otra vida

que cubrió nuestros gozos

de otro instante.


Hoy se nubla mi vista.

Hoy ya estoy ciego,

la luz invade y rompe

letargos de ilusiones,

imposibles discursos

sin palabras.


La piedad está hundida,

el vuelo es ya sin alas.


Así sumergido entre dos aguas,

el dolor llamando…

La puerta cerrada…

limosna sin precio.


Al final, solo tus ojos

envolviéndolo todo,

solo tu mano....

mientras yo implorando

te pedía...

un bello gesto.



(Las dos imagenes fueron aportadas por José Azpeitia)

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