jueves, 15 de mayo de 2008

Del discurso a la poesía



por Aldo Luis Novelli


'La palabra dice lo que dice y además más, y otra cosa'
Alejandra Pizarnik


Por lo tanto, en este verso de Alejandra, la palabra nos plantea tiene tres grados de significación, y en ellos debemos hurgar para ir más allá, para comprender ciertos discursos.
Nos acercaremos de a poco.

La palabra: ‘dice lo que dice' es indudablemente, aquello que sabemos de la palabra, es como la entendemos corrientemente, aquello, que en todo caso, podríamos verificar en el diccionario.
'Y además más', es lo que resignifica para cada uno, lo que llevamos en el interior, de todas nuestras experiencias vivenciales con esa palabra, lo que nos dejó nuestro medio social en ella: la familia, la escuela, el barrio, la literatura, el cine, la televisión, la prensa etc.
En el discurso político, en la oratoria seudoreligiosa, en el texto periodístico sensacionalista, en la publicidad subliminal, en la avasalladora propaganda, “la palabra dice lo que dice” pero también dice además más, y en ese plus, previamente estudiado e intencionalmente dirigido, se juegan nuestras acciones futuras, se condiciona nuestro (relativo) libre albedrío, o sea, por dar un ejemplo, cuando entramos al mal llamado cuarto oscuro y tomamos una determinada boleta, no estamos realmente solos aunque nosotros creamos que si, o más cotidianamente, cuando entramos al supermercado y nos detenemos frente a una góndola y alargamos la mano hacia esa bebida refrescante, hay alguien que nos la alcanza del otro lado, pero nosotros no lo vemos.

Paradójicamente, pero en el extremo opuesto, en ese 'además más', también se pone en juego el arte, allí trabaja el artista y en especial el poeta, allí se juega la discutida y difusa línea que separa el arte del no-arte, que separa la palabra poética de la palabra meramente comunicativa.
En ese 'más', resonando en la parte más íntima de nuestro ser, en ese golpe de timbal que vibra hacia dentro, que sacude por unos instantes el alma, sentimos una emoción inesperada o se despiertan ciertas sensaciones dormidas hace tiempo, hibernando seguramente, hasta que pase el duro invierno que está cayendo aquí afuera.
Pero para tranquilidad de los artistas, la palabra también dice 'otra cosa', y es aquello que no conocemos, pero la palabra lo está diciendo, aquello que le dice al otro y nosotros ni siquiera imaginamos.
La palabra poética, y tal vez sólo ella, dice otra cosa, esa otra cosa que nunca dirán los otros discursos, y donde se oculta la sustancia íntima y la primigenia razón de ser del arte.
Por esa otra cosa desconocida, de la palabra poética, nosotros dejamos de ser lo que somos rutinariamente, o dicho de otra forma, descubrimos los otros 'yo' que habitan nuestro 'yo cotidiano', o vemos al mundo, nuestro subjetivo fragmento del mundo, distinto y diverso, al menos por un instante, - el instante poético - que tiene, como todos sabemos, una duración inmedible en tiempo real.
Por todo esto, esa otra cosa imposible de definir, escurridiza como un pez dorado en el mar infinito, esa sensación inefable, hace de la POESíA la más provocativa, la más subversiva y profunda de las artes del hombre.

Hasta aquí llegamos, en este intento de rastrear significancias y resignificancias de la palabra, desde los discursos que nos invaden diariamente hasta la poesía, y en este punto, acalladas las últimas palabras, habiendo dicho lo que dicen, solo queda rastrear en esta nota, el 'además más' de las mismas, y más aún, necesaria e inevitablemente Uds. reescribirán la 'otra cosa' de estas palabras, de estas inasibles y dudosas palabras.

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